El fiscal les pedía seis meses de prisión y dieciocho de inhabilitación en sus profesiones. Hubo acuerdo y aceptaron multas de cinco meses, a razón de siete euros diarios, y tres meses de inhabilitación. En un juicio celebrado en Lugo, cinco cargos de dos empresas admitieron con esas condenas su responsabilidad en un accidente en el que se lesionó un trabajador, en Ribadeo.
Un obrero cayó de un andamio y se fracturó la muñeca izquierda, sufrió una contusión lumbar y otra en el muslo derecho, así como un traumatismo craneal. Estuvo once días hospitalizado, 230 sin poder hacer sus ocupaciones habituales y precisó 351 para curarse. Le quedaron secuelas.
De acuerdo con el relato del fiscal, el accidente laboral sucedió en enero del 2013. Un empleado de una subcontrata de la trabajaba en el revestimiento de la fachada posterior de un edificio, a unos 4,30 metros de altura. Estaba subido en un andamio propiedad de la constructora que había contratado a su empresa. El andamio lo había montado el personal de la constructora.
Según el fiscal, cuando el obrero estaba con el revestimiento de la fachada, se percató de que en el piso superior faltaba una plataforma del andamio. A un compañero que estaba dentro del inmueble le pidió que le diese una. Se la pasó por el hueco de la ventana. La cogió con los dos brazos e intentó colocarla apoyándose en la barandilla del andamio, pero esta no resistió su peso. El trabajador se cayó al suelo desde unos 4,3 metros de altura.
Se fracturó la muñeca izquierda, en la que como secuela le quedó artrodesis y paresia de un nervio. Otras secuelas fueron cicatrices con perjuicio estético moderado.
Por lo que contó el fiscal, «la causa principal de las lesiones fue la nula planificación por los acusados de los trabajos de montaje del andamio, y un defectuoso control de su ejecución y estado». Subraya que el montaje «fue totalmente defectuoso desde el primer momento».
Han sido condenados el coordinador de seguridad, el jefe de obra y un representante de la constructora, así como dos administradores de la subcontrata.
Fuente: La Voz de Galicia