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Menos riesgo cardiovascular durmiendo siete horas

29/03/2014

Las personas que, además de llevar unos hábitos de vida saludables (realizar actividad física, dieta equilibrada, consumo moderado de alcohol y no fumar), duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65 por ciento el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hasta un 83 por ciento el de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellas personas que no siguen ningún hábito de vida saludable, según un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology.

El estudio analizó los hábitos de vida de 6.672 hombres y 7.967 mujeres. Tras 12 años de seguimiento, se produjeron 607 eventos cardiovasculares (129 muertes por enfermedad cardiovascular, 367 infartos de miocardio no mortales y 111 ictus) y se observó que las personas que mantenían una alimentación equilibrada, realizaban ejercicio físico, moderaban el consumo de alcohol y no fumaban reducían el riesgo cardiovascular en un 57 por ciento, y el riesgo a morir por enfermedades del corazón en un 67. Lo novedoso del estudio es que estos porcentajes se incrementaban en un 14 por ciento y en un 22 respectivamente cuando los sujetos, además, dormían un mínimo de siete horas diarias.

El estudio también reveló que, por el contrario, dormir poco se asocia a una mayor incidencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión, colesterol y triglicéridos.

"Un sueño reparador ayuda a disminuir la presión arterial, mejora la función endotelial y, en definitiva, es un factor más a tener en cuenta para la prevención de las enfermedades cardiovasculares", explica el Dr. Enrique Galve, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y miembro de la FEC. "Mientras dormimos se produce una relajación muscular que también afecta a las arterias. Esta relajación provoca una bajada fisiológica de la presión arterial de entre un 10 y un 15 por ciento".

El correcto descanso nocturno de entre siete y nueve horas debe acompañarse de los buenos hábitos ya conocidos, como son una alimentación saludable, el consumo moderado de alcohol, el ejercicio físico constante y el no fumar.

El doctor Galve explica que no dormir bien altera las funciones más elementales del proceso de la enfermedad cardiovascular. De hecho, algunas alteraciones del sueño tienen consecuencias cardiovasculares negativas, y recuerda que la apnea obstructiva del sueño, una de las alteraciones más graves que consiste en la obstrucción de la vía aérea, disminuye el flujo de oxígeno y aumenta el ritmo cardiaco provocando un aumento de la presión arterial que no sólo se da en el periodo nocturno sino también durante el día. Es por ello que se puede afirmar que los periodos de sueño no reparador pueden tener graves consecuencias para nuestra salud, entre ellas, el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

Fuente: Estarbien.com
 


Ver noticia original en: www.prevencionintegral.com